martes, 27 de mayo de 2008

PARA CASOS DE VIOLENCIA

PARA CASOS DE VIOLENCIA

¿Dónde acudir?

  • Secretaría de la Mujer. Presidente Franco y Ayolas. Tel. 450-036/8.
  • Policía Nacional. Azara Nº 1.079 c/ Brasil, Tel. 224-237.
  • Emergencias Médicas. General Santos y Teodoro S. Mongelós, Tel. 204-800.
  • CEDAI. Coronel Oviedo 853 c/ Aquidabán, Lambaré, Tel. 905-971.
  • Kuña Aty. Celsa Speratti Nº 3.865. Tel. 226-793 / 208-641.
  • Colectivo de Mujeres "25 de Noviembre". 14 de Mayo c/ El Paraguayo Independiente, Edificio Zodiac, Piso 5°, Oficina 518, Teléf. 451-933.
  • APREVIM. Avenida Mariscal López 1.451 c/ Monseñor Bogarín, Tel. 419-2827.
  • Luna Nueva. General Díaz Nº 765 c/ Ayolas, Tel. 444-105
  • Municipalidad de Asunción. 5º Piso, Bloque B, Tel. 613-670.

COMPETENCIAS EN LA FORMACIÓN DEL PSICÓLOGO

CARRERA DE PSICOLOGÍA
NOTA P001/08

A : Profesores y Profesoras
DE : Lic. Bettina Cuevas
TEMA: Visita profesional mexicana
FECHA: 26/05/08


Apreciados profesores y profesoras el día miércoles 28 de Mayo inicia la Semana de la Carrera; vuestra presencia es de mucha importancia para su exitosa realización.

El día viernes 30 de Mayo a las 18:00 horas tendremos una breve reunión para analizar las “COMPETENCIAS EN LA FORMACIÓN DEL PSICÓLOGO”; con la Lic. Laura Guadalupe Zárate Moreno, profesional mexicana, quien viene invitada por esta Dirección como expositora en la Semana de la Carrera.

La Lic. Laura Zárate es psicóloga por la Universidad del Valle de México, maestra en Educación con Especialidad en Cognición en los Procesos de enseñanza Aprendizaje por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, alumna del último año del doctorado en pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene la especialidad como terapeuta breve sistémica, y en terapia familiar y de pareja por el Instituto Mexicano de Terapias Breves. Su práctica ha tenido un enlace continuo entre la terapia y la educación especial y el ejercicio docente en la carrera de psicología.

La reunión será cerrada para los docentes de la carrera de Psicología de la UA y colegas invitados especiales.

Espero contar con la presencia de todos los docentes de la carrera para el análisis de un punto fundamental en la formación de nuestros alumnos/as futuros profesionales.

MALTRATO INFANTIL

Mi experiencia

con el abordaje del maltrato infantil


De este trabajo, esta experiencia, muchos libros leídos, mucha información
recibida...asimilada y experiemntada, lo que yo aprendí fue: todo lo que vivimos
en la infancia tiene consecuencias en la vida adulta, deja huellas y es
importante conocerlas, entenderlas, aceptarlas y transformarlas a nuestro
favor.
Siempre que hubo violencia de algún tipo, hasta el más mínimo rechazo
de los padres sin que éstos se hayan dado cuenta...nos marca...la buena noticia
es que NO EXISTE UN PARA SIEMPRE y que nos influye en la medida en la que sean
inconscientes y no tengamos las herramientas necesarias para hacerles
frente.
Es un gran desafío conocer cuáles son esas huellas que dejó nuestra
vida pasada y aprender a vivir el presente para construir un mejor futuro, saber
ver cómo está influyendo en nuestro ese pasado presente y cómo hacer para que ya
no esté presente en el futuro en forma negativa.
En la medida en la nos demos
permiso para creer que se puede ser feliz a pesar de tener algunas cicatrices,
seremos capaces de serlo cada día mejor y mejor...



Sol

TESINA PARA EL GRADO DE LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA
Por Marisol Ramírez e Irina Villagra
Universidad Nacional de Asunción
Facultad de Filosofía
Carrera de Psicología
Secuelas de la Violencia física intrafamiliar en el Desarrollo Psicosocial de Niños y Niñas de 8 a 12 años: Una perspectiva de sus cuidadores.
Asunción, Paraguay
2003-2005
Turora: Dra. Gladys Ríos de Recalde
Asunción, Paraguay
2003-2005

El Estudio explora y describe las secuelas del maltrato físico intrafamiliar de manera específica y extensa. Para ello se consideran las dimensiones física, psicológica y social inadecuadas y atribuíbles a la situación de maltrato físico intrafamiliar en niños y niñas de 8 a 12 años que hoy viven en el Albergue El Abrigo de la ciudad de Asunción.La teoría utilizada para exponer las carencias y dificultades que éstas acarrean para los infantes es la Teoría de Desarrollo Psicosocial de Erik Erikson.Además, para la elaboración de los instrumentos, se utilizaron los criterios estándares de la OPS, basados a su vez en el DSM IV y el Cie 10.

En el ámbito nacional aumentan los casos reportados de maltrato físico. El vínculo entre agresor y víctima es, la mayoría de las veces paterno-filial, aunque no sea de consanguinidad. Así se pone de manifiesto que "la célula básica de la sociedad" puede significar un espacio violento y de riesgo para sus miembros más vulnerables.

La violencia contra la infancia en el contexto familiar cuenta con registros históricos que muestran una sucesión de actos de inusual crueldad. Se debió recorrer un amplio periplo para que los actos de violencia contra la niñez sean actualmente conceptuados como violaciones a los derechos humanos y cuenten con marcos normativos de protección a nivel nacional e internacional.

En nuestro país se puede constatar una considerable distancia entre el discurso político y su concreción. Se evidencia un vacío de políticas públicas entendidas como medidas para resolver problemas que, en este caso, afectan directamente a niños y niñas.

La presente investigación pretende convertirse en un aporte a dar conocer la magnitud del daño resultante en cada víctima de violencia física intrafamiliar.
Si querés conocer más acerca de este tema, hacer un curso, seminario, taller o capacitación. Podés comunicarte con Irina y Marisol. Cel. 0981839105 o 0991402166
Email:
marisol@people.com.py

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
La violencia intrafamiliar se caracteriza por el abuso de uno de sus integrantes, con más poder, sobre otros. Ese abuso, que puede manifestarse tanto por acción como por omisión, puede ocasionar daño a una de las partes, tal como perjuicio físico, psicológico y social.

Para establecer que se trata de un caso de violencia familiar, la relación de abuso debe ser crónica, permanente y periódica, en referencia a las distintas formas de relación abusiva que caracterizan un vínculo familiar. (Santamaría y otros, 1997)

Toda familia que sufre de violencia, presenta características que alteran la funcionalidad de las interacciones entre sus miembros, que van desde una organización jerárquica fija o inamovible, la rígida interacción entre sus integrantes quienes deben actuar como el sistema familiar les impone, sin poder expresar su propia identidad.

Además, presentan un incremento en los problemas de salud (debilitamiento de defensas físicas y psicológicas), que incluso pueden desencadenar depresión y enfermedades psicosomáticas.

En cuanto a las repercusiones externas, es decir, del relacionamiento del grupo familiar con el exterior, se puede presentar una disminución marcada en el rendimiento laboral en los adultos y en los niños y adolescentes, problemas de aprendizaje y/o trastornos de la personalidad
La violencia intrafamiliar se produce en un marco de desigualdad de poder, es decir, que afecta a los estratos más vulnerables como son los niños y las mujeres en una sociedad patriarcal.

DIMENSIONES DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
La violencia intrafamiliar se da cuando existen disfuncionalidades tanto en la estructura como en el cumplimiento de los roles que se espera de sus integrantes. Las condiciones que predisponen a conductas violentas pueden encontrarse en el entorno, en la familia misma, en los/as niños/as, en los/as adultos/as o en el/ la adulto/a mayor. (Larraín y Fernández, 2004)

Hay riesgo importante de que la familia se desenvuelva en un contexto violento si en el entorno que la rodea existen factores predisponentes como una aceptación cultural de la violencia, mitos que legitiman su ejercicio como método para disciplinar a otros, así como la concepción de que los niños y niñas no son sujetos de derechos, entre otros.

Otras condiciones externas que favorecen las conductas violentas están determinadas por la presencia de pobreza, cesantía, marginación, trabajo infantil u otras condiciones de vida difíciles o no adecuadas a la edad; ausencia o ineficacia de redes sociales de apoyo en la comunidad y desconocimiento de leyes que abordan la violencia y el derecho de las personas.

Si en la historia del grupo familiar existen antecedentes de conductas violentas con o sin la presencia de trastornos psicopatológicos también se traduce en un alto riesgo de recurrir a la violencia para la resolución de conflictos.

Los antecedentes de violencia entre los integrantes de un grupo familiar arriesgan el buen trato dispensado a sus integrantes más vulnerables como los de menor edad, las mujeres y los ancianos y los que presentan al tipo de discapacidad. La historia de vida con experiencia de maltrato, o haber sido testigo de violencia en la familia de origen de uno de sus integrantes, es también potencial desencadenante de situaciones violentas.

El embarazo no deseado o paternidad adolescente, presencia de trastornos psicopatológicos (depresión, ansiedad, trastornos del comportamiento social, etc.), disfunciones sexuales y autoestima deteriorada en alguno de los miembros de la pareja contribuyen a su vez como posibles detonantes de hechos violentos.

Otros factores que representan una amenaza para la funcionalidad de la familia son que éstas estén aisladas por la situación geográfica y/o por su grado de fluidez en el relacionamiento con otros grupos humanos; que las cabezas de familia sean adolescentes; que los hijos sean muy seguidos; que la distribución de roles y jerarquías esté establecida en forma rígida, ya sea entre adultos y niños/as u hombres y mujeres; así como que los menores asuman roles que competen a los adultos, integrándose al ámbito laboral antes de tiempo y la presencia de alcoholismo u otras adicciones en la familia.

Más factores que predisponen al ejercicio de la violencia dentro de la familia, se encuentran en los que dificultan la comprensión de las dimensiones reales de este fenómeno. Para Londoño (1992) existen ciertos conceptos y actitudes como:

- El fatalismo que es una actitud con la que muchas personas asumen el problema de la violencia intrafamiliar, al considerarla como algo inevitable, casi natural, que no tiene posibilidad de alteración e intervención.

- La vanalización que representa la aceptación pasiva, una forma de "aprender" a convivir con la violencia en la familia haciendo como si no existiera, como hechos aislados o minimizándolos.

- El reduccionismo productivo que considerara a la violencia intrafamiliar como un hecho ejecutado por personas "malas", "violentas", casi criminales. Esto permite invisibilizar el problema del abuso de poder dentro de la familia y endosar el problema a hechos casi delictivos, aventuras policíacas de películas que no se dan en la realidad.

- La privatización de la violencia intrafamiliar que se refiere a la reducción de la problemática social dentro del espacio íntimo del hogar. Aislado el problema es como si no existiera.

- La socialización de la desigualdad que asigna a las personas posiciones de superiores o inferiores que se explican como "parte de la naturaleza humana".

-La legitimidad de la violencia intrafamiliar que trata de legitimar el ejercicio de la dominación al interior de las familias. En nombre de la disciplina y el orden familiar se comenten muchos abusos. Serios episodios violentos son considerados por diferentes personas como hechos ejemplares, pedagógicos o rehabilitadores.

-Mitos construidos que permiten sostener el problema de la violencia en las familias y dificultan pensarla y enfrentarla, como por ejemplo: "la familia y la pareja son espacios paradisíacos", "la maternidad es siempre gratificante, sólo está compuesta de sensaciones positivas", "la maternidad es instintiva, no hay nada que aprender, la naturaleza le va diciendo a las madres que hacer", "el amor todo lo puede, mueve montañas", "si se sufre en la tierra no hay que preocuparse porque nos espera un paraíso" y "a quien se disciplina con dureza se le hace un bien".

Existen factores que ponen especialmente en peligro el buen trato hacia los niños, como por ejemplo si estos presentan algún tipo de discapacidad física o mental, si sus patrones de sueño y alimentación son difíciles, o si presentan algún tipo de trastorno del desarrollo o conducta (hiperkinesia, enuresis, etc.)

En tanto que entre los factores que representan una amenaza al buen trato hacia los ancianos o adultos mayores se encuentran situaciones como las de residir en alguna institución, la dependencia económica de otros, la ausencia o bajo sistema de previsión y la portación de alguna discapacidad física o psíquica que los haga aún más vulnerables y dependientes.

congreso universitario de psicología

Nota publicada en UH, 9 junio 2005

8VO. CONGRESO UNIVERSITARIO DE PSICOLOGÍA

Nuevas incursiones en
la práctica psicológica

M.R.C.

El 8vo. Congreso Universitario de Psicología "Nuevas Incursiones en la Práctica Psicológica" se prepara para este sábado 11 de junio de 2005, de 8.00 a 18.00 en la sede central de la Universidad Columbia del Paraguay.
El programa para esta ocasión incluye temas como psicología jurídica, Programación Neurolingüística, Coatching, Intervención en Catástrofes, Psicología Deportiva, Salud Comunitaria (Experiencia en Investigación Participativa) y Psicología y el Teatro.
La idea es que los estudiantes tengan la oportunidad de apreciar las nuevas perspectivas y prácticas psicológicas, las nuevas y no tan nuevas incursiones. Queremos mostrarles que se está haciendo, y a partir de esa información, que ellos decidan con cuál corriente tienen más afinidad o se sienten más cómodos", explicó la licenciada Laura Gómez, psicóloga y organizadora del encuentro.
"También buscamos contribuir en que los estudiantes vayan generando sus propios criterios, que tengan elementos para poder discutir y generar debate", agregó su colega Ivelice Villalba, otra de las organizadoras.
Ambas anunciaron que para agosto de este año se prepara el 4to. Congreso de Psicología de la Sociedad Paraguaya de Psicología, en el cual se presentarán temas científicos, trabajos de profesionales, etc. "Los alumnos que asistan a este congreso tendrán una preparación previa para lo que será el congreso de la Sociedad", agregó Laura Gómez.

Los profesionales que participarán son Diana Lima, Teófilo Villalba, Bettina Cuevas (Programación Neurolingüística); Melquíades Alonso, José Emilio García, Carlos Noguera, Paulo Waimberg, Cecilia Garcete, Santina de Berni, Marcelina Vera, Diana Serafini, Alberto Coronel, Jazmín Mendoza, José Jiménez, José Emilio García.

Informes e inscripciones al 213084, 0981 877153, 206526, 222912, 208715. E-mail: spps@card.net.py

FOTO
Las psicólogas Ivelice Villalba y Laura Gómez / JULIO AGUIRRE

viernes, 23 de mayo de 2008

MI CURRICULUM


CURRICULUM VITAE

Nombre: Marisol
Apellidos: Ramírez Cabrera
Dirección: 2da. Número 252 esquina Chile
Edad: 33 años
C.I: 2.352.267
Teléfono particular: 446-549 Celulares: (0981) 839105, 0991402166
Profesión: periodista/psicóloga

EDUCACION BASICA
Nivel primario
Escuela General José Eduvigis Díaz. 1º al 6º grado
Nivel secundario
Básico: Colegio E.M.D Naciones Unidas 1º al 3º curso
Bachillerato: Colegio E.M.D Presidente Franco 4º al 6º curso

EDUCACION UNIVERSITARIA y ESPECIALIZACIONES
· Carrera concluída de Psicología, en la Facultad de Filosofía, Universidad Nacional de Asunción del 1º al 6º (1997-2002). Tesis: “Prevención y secuelas del maltrato infantil”
· Máster en Programación Neurolingüística (PNL) por el Primer Instituto de Programación Neurolingüística del Paraguay. Primer año de Trainner en Programación Neurolingüística.
· Diplomado en Cultura del Arte. Universidad Americana. Año 2003.
· Curso de especialización: Prevención y Secuelas del Maltrato Infantil. Fundación CEDAI. Año 2003.
· Posgrado: Actualización en Psicopatología de la Infancia y la Adolescencia por la Cátedra de Psiquiatría de la Universidad Nacional de Asunción.


OTROS ESTUDIOS
· Dactilografía secretarial en A.B.C English
· Inglés: Centro Paraguayo Japonés-Centro Cultural Paraguayo Americano
· Computación: DOS, Word Star en el E.S.A.E.
· Periodismo Joven, en el diario ABC color (1995).
· Periodismo escrito, radial y televisivo en el Centro de Comunicaciones y Cultura
· Curso Preparatorio en el Instituto Municipal de Arte (I.M.A)
· Curso de Teatro, en la Escuela Municipal de Arte Dramático (E.M.A.D)

JORNADAS, SEMINARIOS, TALLERES Y CONFERENCIAS
· Taller vivencial "Armonizarte". Dirigido por el Lic. Aldo Solalinde. (2003)
· Seminario "Dejar de fumar en cinco días". Dictado por el Lic. Gustavo Piñeiro. Sanatorio Adventista. (1999 y luego en el 2003)
· Seminario psicológico y psicoanalítico "La Violencia". 14 y 15 de Noviembre del 2003. Centro de Estudios Psiscoanalíticos de Asunción. CEPA.
· Seminario Introducción a un plan Nacional de Acción en Materia de Prevención, Protección y Erradicación del Trabajo Infantil. Del 27 al 29 de agosto de 2003. Organizadores: Universidad Columbia del Paraguay e Instituto Interamericano del Niño.
· Taller sobre trabajo infantil doméstico para organizaciones de la sociedad civil. Del 25 al 26 de Agosto de 2003. Organizado por: Naciones Unidas, Coeti, MPDL, OIT.
· II Foro Global de Infancia y Adolescencia "Por una cultura de la responsabilidad". Del 4 al 6 de setiembre de 2003. Global Infancia.
· 2das. Jornadas de PNL del Mercosur. Seminarios: Técnicas avanzadas de PNL Generando Recursos y Creando Soluciones, presentados por el Dr. Salvador Carrión. Seminario Opciones innovadoras para superar el Stress, presentado por la Lic. Carolina Chrem de Saidel. Organizó: Primer Instituto de Programación Neurolinguística del Paraguay.

EXPERIENCIA LABORAL

· Periodista del área Arte y Espectáculos 1998-hasta la fecha.
· Agente de prensa de la Fundación CEDAI (Centro de Asistencia Integral. Tratamientos de Rehabilitación y Talleres de Prevención de la violencia sexual, maltrato infantil, violencia doméstica, ciudadanía y derechos humanos). Directora: Lic. Susana Torres. Personería Jurídica Nº 285 del 19/03/99. Capacitadora, facilitadora.
· Diario ABC Color: pasantía, periodista practicante en el área arte y espectáculos 1995
· Diario Ultima Hora: periodista en las áreas “Informática y Tecnología” y “Suplementos Especiales”, años 1995-1998.
· Colaboradora de las áreas Sociales y Suplemento Femenino (producción de suplementos '95-'96).
· Auxiliar de cátedra en el Primer Instituto de Programación Neurolingüística del Paraguay.
· Auxiliar de cátedra en la materia Psicología Comunitaria en la Unida.

REFERENCIAS LABORALES
· Dr. Andrés Arce 301930
· Lic. Lizandro Cardozo 4151000
· Lic. Carlos Pérez Cáceres 496 261
· Lic. Mario Rubén Alvarez 496 261
· Lic. Susana Torres 905-971
- Lic. Jaqueline Meza 0981 210420

REFERENCIAS PERSONALES
· Abogado, Prof. Juan Carlos Mendonça Bonnet 445151
· Arq. Agustín Nuñez 453-380
· Patricia Santacruz 618-9000 (Telecel)
· Lic. Mara Vacchetta Boggino 447-873 (Psicóloga Psicoanalista)
- Lic. Diana Lima 0981 814 132

OTRAS EXPERIENCIAS
· Coordinadora, de las guardias sabatinas de la cátedra de Biología, realizadas en el Instituto de Previsión Social (Asistencia Emocional en el Trabajo de Parto, sala de parto del Instituto de Previsión Social), año 1997. (Cargo propuesto por el Dr. Vicente Battaglia Doldán). Año 1997, curso 1º sección 2ª de la carrera Psicología.
· Colaboradora de los programas dominicales culturales de la radio F.M Fem, “Flashes de la Cultura” y “Siempre Joven”. Durante los meses julio y agosto del año 1996.
· Pasantía en la Casa Luna Nueva para la realización de trabajo de campo. Universidad Nacional de Asunción. Facultad de Psicología.
· Investigación de un caso de maltrato infantil. Fundación CEDAI, para trabajo de campo.
· Miembro fundador de la Asociación de Periodistas de Espectáculos del Paraguay. Integrante activa de los ciclos de cine del CPJ en conjunto con la Asociación de Periodistas de Espectáculos del Paraguay.
· Jurado de los premios Arturo Alsina de la Fundación Arlequín Teatro 2003.
· Jurado de los Premios Paraná hace cuatro años.
· Voluntaria del Comité Paraguay Kansas.

G. Marisol Ramírez Cabrera.

Etapas del Desarrollo Evolutivo

2.5. Etapas del Desarrollo Evolutivo. Teoría de Erik Erikson

Erik Erikson se ha ocupado del desarrollo normal del ser humano desde un punto de vista psicosocial. Este autor plantea el desarrollo humano como una lucha entre dos fuerzas antagónicas. Esas fuerzas se presentan en cada uno de los ocho grandes períodos que comprenden toda la vida de un ser humano. Los conflictos generados por ellas pueden ser superados y la adecuada superación de cada una prepara y facilita el logro de la siguiente. De no lograrse esto, las etapas siguientes pueden verse perjudicadas, aunque existe una posibilidad de revisión y de reparación. (Loughlin, 2002)

La teoría eriksoniana sobre el desarrollo de la persona muestra de manera integrada el concepto de evolución humana; llama epigénesis a este proceso de crecimiento, y estadios psicosociales a cada una de las etapas o pasos.

Habla de las ocho edades del hombre, desde la lactancia a la vejez, cada una formadora de una virtud particular. Cada escalón de la vida humana se apoya sobre los anteriormente conquistados. Y se dicen "conquistados" porque estos escalones o virtudes son productos de la lucha interna entre fuerzas sintónicas y distónicas, es decir, tendencias opuestas entre sí. Una vez conquistadas, las virtudes o "fortalezas esenciales" pasan a formar parte del patrimonio personal, del arsenal de recursos para afrontar las luchas siguientes. Por eso, cada etapa es también una crisis, una lucha, una oportunidad de crecer como persona.

2.5.1. Las ocho etapas del desarrollo humano

Las ocho etapas de desarrollo del ego según Erik Erikson describen la evolución psicosocial del ser humano (Erikson, 1993, 12° edición, p.223 a 240). Se verán resumidamente las etapas del desarrollo humano, sus fuerzas en pugna y sus virtudes resultantes (Loughlin, 2002)

2.5.1.1. Confianza básica versus Desconfianza básica

Se inicia en el nacimiento y termina con el destete (alrededor del primer año). En ella, la primera tarea del Yo es establecer formas de solución de conflictos, que perduren el resto de la vida.

En la lactancia surge como virtud la esperanza, proveniente de la lucha entre la confianza básica con la desconfianza básica. Se alcanza mediante la relación con la madre, en especial en lo referente a la satisfacción de las necesidades básicas como el alimento, la higiene, los cambios de temperatura, el cariño y la atención.

El signo de que el bebé confía es que come bien, duerme bien y evacúa bien. Aprende a confiar desde el cuidado solícito de su madre que responde a sus necesidades vitales, y también desde su propia capacidad de recibir.

Esta crisis proporciona un sentimiento rudimentario de identidad yoica al reconocer las sensaciones internas de estas necesidades y las imágenes recordadas y anticipadas de su satisfacción unidas a un exterior familiar y previsible.

Así aprende vitalmente que es querido, que sus padres velan por él. "Al obtener lo que se le da y al aprender a obtener de alguien lo que desea, el niño desarrolla también el fundamento adaptativo necesario para que algún día logre ser un dador".

Hay un sentimiento de ser aceptado, de ser uno mismo y convertirse en lo que los demás confían en que se llegará a ser. El sentimiento de identidad que se da, implica confianza y reconocimiento mutuos, tanto de la madre hacia el niño como de éste hacia ella, como ese exterior que cuida, que confía y en el cual se puede confiar. "Soy lo que espero tener y dar" (Erikson, 1977, p. 87)

Esta crisis en términos de identidad se expresa como perspectiva temporal versus confusión del tiempo, pues la capacidad de esperar de la madre la satisfacción de necesidades, apoya la formación de la noción del tiempo.

Cuando se da una sensación de gran urgencia por la satisfacción y una pérdida de la consideración del tiempo como una dimensión del vivir, se habla de la confusión del tiempo.

2.5.1.2. Autonomía versus vergüenza y duda

Tiene lugar durante la primera infancia o niñez temprana (1 a 3 años). Las virtudes resultantes son el autocontrol y la voluntad rudimentaria. La maduración muscular posibilita el manejo de dos modalidades sociales: aferrar o entregar; retener o soltar, que tiene incidencia sobre el ambiente y que puede conducir a actitudes hostiles o bondadosas. Se observa un interés del niño por aferrarse a los objetos para luego descartarlos.

El control exterior en esta fase debe ser firmemente tranquilizador; la firmeza lo protegerá de su incapacidad para soltar y aferrar con discreción. La firmeza no debe manifestarse en forma de crianza ni en castigos que provocan vergüenza y duda, pues tales actitudes disminuyen la autoestima del niño o despiertan una conciencia precoz de sí mismo.

Esta etapa corresponde al control de esfínteres, por tanto, implica una capacidad mayor de la voluntad muscular y la influencia de la educación cultural del medio. Dependiendo de la actitud y conductas del exterior, el niño llega a sentir que la confianza lograda no correrá peligro ante sus súbitos cambios de actitud, su deseo repentino y violento de elegir por su propia cuenta, e irá controlando su conducta según su voluntad.

El niño debe ser respaldado, protegido, impulsado y limitado en sus decisiones y actos. Así se evitará un sentimiento de vergüenza o duda sobre qué hacer y se logrará que adquiera un sentimiento de autocontrol y de ser capaz de oponer su voluntad a la de otros.

En cuanto a la identidad, este estadio deja el remanente de "Soy lo que puedo desear libremente", expresado en una seguridad en sí mismo ante la conciencia de sí mismo.

La conciencia de la identidad es una forma especial de penosa conciencia de sí mismo que se alimenta de las discrepancias entre la propia autoestima, la autoimagen y la apariencia propia ante los otros. Implica la vergüenza y la duda de la integridad de los padres y de uno mismo.

La seguridad en sí misma se caracteriza por una sensación definida de independencia de la familia como matriz de autoimágenes y por una seguridad en cuanto a la anticipación de eventos.

2.5.1.3. Iniciativa versus culpa

Se da en la edad de juego o preescolar del niño (3 a 5 años), y aquí alcanza su mayor intensidad. Si se sale victorioso de esta etapa queda la virtud de la finalidad o propósito.

Los órganos de la locomoción adquieren mayor fortaleza y el niño se desplaza hacia lo que despierta su interés. En esta etapa llama la atención el placer que le produce participar en distintas actividades, inclusive tomar algunas iniciativas, sobre todo para la conquista de lo deseado.

Está ávidamente dispuesto a aprender y a imitar todo lo que se le ofrece. Descubre la diferencia de los sexos y se inicia la identificación con el progenitor del mismo género.

El niño se muestra curioso, inquieto y le gusta hablar en voz alta y los juegos vigorosos. Trabajar con una finalidad concreta le resulta interesante. En esta etapa encontramos el precursor de una cualidad importante en el mundo adulto, que es saber ponerse metas y utilizar todos los recursos para alcanzarlas.

Pero es también una etapa dolorosa, ya que al incluirse un tercero en la relación (antes existía sólo la madre), surge un conflicto triangular, complejo nodular del psicoanálisis. Sin embargo, Erikson afirma que los deseos apasionados del niño, de posesión y exclusión hacia sus padres, el amor y el odio, no coinciden con las posibilidades somáticas para su consumación (que se van a dar en la adolescencia) y sí coinciden con el florecimiento de la imaginación lúdica.

Entonces, estos deseos instintivos primarios y las culpas correspondientes ocurren en un período del desarrollo que combina el conflicto infantil más intenso con el máximo progreso del juego. Y es justamente el juego lo que libera al niño, permitiéndole una dramatización en la microesfera (el mundo de los juguetes) de un gran número de identificaciones y actividades imaginadas.

Así como hay una identificación con el padre o la madre, existe un acercamiento con el progenitor del sexo opuesto para llamar su atención, con la fantasía de ser grande y conquistar su amor. La imposibilidad de convertirla en realidad, empuja al niño a los hechos y las cosas. Aprende rápidamente, quiere hacer cosas con otros, se interesa en construir y planear y descubre lo que puede y es capaz de hacer. La conciencia es el gran gobernador de la iniciativa, pues ya surgió el concepto de lo moral.

La liberación de la iniciativa del niño y su sentido de un propósito en las tareas de los adultos que prometen la realización de sus capacidades, es la contribución a la identidad, "Yo soy lo que puedo imaginar que seré" (Erikson, 1977, p. 100). La crisis se traduce en la experimentación de su rol, en oposición a la fijación a un rol seleccionado para así evitar los sentimientos de culpa.

2.5.1.4. Industria versus inferioridad

Coincide con la edad escolar (6 a 11 años). En este momento el niño aprende a ser un futuro trabajador y proveedor. Aprende a obtener reconocimiento a través de la producción de cosas. Descubre el placer de completar un trabajo mediante la actitud atenta y perseverante. Eficacia y competencia son las virtudes resultantes.

En este estadio el niño tiene la oportunidad de concentrar su atención y aprender, se interesa en las relaciones sociales a través de la experimentación, la planeación, y en compartir actividades, obligaciones y disciplina dentro de una división de trabajo.

Su interés se enfoca en completar las tareas dominantes, sus habilidades y los instrumentos que le ayuden, con lo que se gana un lugar entre los otros niños, y en buscar el reconocimiento mediante la producción de cosas. Se inicia la imitación de los adultos que no son sus padres.

Afectivamente se instalan nuevos sentimientos de camaradería, justicia, lealtad, puntualidad, relacionadas con la aparición de las reglas de juego. La cooperación entre individuos determina reciprocidad y asegura a la vez autonomía y cohesión, es decir, una mejor integración del yo; una regulación más efectiva de la vida afectiva.

La inferioridad tiene que ver con un sentimiento de inadecuación física o el manejo de los recursos técnicos (las herramientas). Este estadio crea la identidad de "Soy lo que puedo aprender a hacer funcionar" (Erikson, 1977, p. 104), aprendizaje frente a la parálisis en el trabajo. Ésta significa incapacidad para concentrarse en las tareas que se han exigido o sugerido, o una preocupación autodestructiva por una actividad parcial.

Es la consecuencia lógica de un profundo sentimiento de inadecuación de las habilidades propias, ya sea por un exigente ideal del Yo, porque el medio social no da lugar al desarrollo de las potencialidades del individuo o por haberse enfocado a una especialización laboral muy tempranamente.

El primer ciclo escolar es una moratoria psicosexual, pues coincide con la latencia, caracterizada por un cierto adormecimiento de la sexualidad infantil y una postergación de la madurez sexual. La moratoria se da a través del aprendizaje en donde hay deberes definidos y competencias autorizadas acompañadas de una sensación de satisfacción.

2.5.1.5. Identidad versus confusión de rol

Se da durante la adolescencia (12 a 20 años), es la más tormentosa de las crisis del crecimiento, también llamada "crisis de identidad". En esta época se conquistan las virtudes de fidelidad y devoción.

Los adolescentes se preocupan por lo que parecen ser ante los demás y lo que sienten de sí mismos, y tienen problemas para relacionar los roles y aptitudes anteriores Son tan impresionantes los cambios físicos y mentales, que todas las seguridades anteriormente conquistadas se ponen en duda.

En la adolescencia se observa un cierto sentimiento agudo, aunque cambiante, de la existencia, y también un interés a veces apasionado por valores ideológicos de toda clase, como religiosos, políticos e intelectuales.

La fuerza específica de esta etapa, la fidelidad, mantiene una fuerte relación con la confianza infantil y con la fe madura. El adolescente transfiere la necesidad de guía de las figuras parentales a otras personas (amigo, mentor) a quienes admira y hacia ellos dirige su fidelidad. La antítesis es repudio del rol o confusión de identidad, que puede aparecer en forma de falta de autoconfianza o como oposición obstinada y sistemática.

La adolescencia y el aprendizaje cada vez más prolongado de los últimos años de la escuela secundaria y de los años de universidad, pueden verse como una moratoria psicosocial, es decir, un período de maduración sexual y cognitiva, que conlleva a la postergación del compromiso definitivo.

Esta etapa ofrece una moratoria psicosocial donde el individuo, al experimentar diferentes roles, encuentra un lugar en su sociedad. Ésta lo reconoce reaccionando positivamente ante sus logros y otorgándole una función y estatus como si tuviese una personalidad definida. La moratoria implica una demora, autorizada selectivamente por la sociedad, para cumplir una obligación, un compromiso que se adquiere poco a poco.

El adolescente necesita esta moratoria para integrar los componentes de su identidad, donde la sociedad reemplaza al ambiente familiar. Así, el adolescente busca hombres e ideas en quienes pueda tener confianza y a quienes considera que vale la pena probar que es digno de confianza.

La moratoria puede fracasar cuando el individuo se define y compromete demasiado pronto, sea por las circunstancias o porque la sociedad lo ha comprometido a tareas muy determinadas.

La identidad yoica es la integración que se adquiere como suma de las identificaciones infantiles; es la confianza acumulada de que la mismidad y la continuidad anteriores encuentren su equivalente en el significado que se tiene para los demás. La confusión de rol implica una inseguridad previa en las identidades infantiles que no permite compaginar los eventos actuales con una identidad.

La "identidad negativa" está perversamente basada en las identificaciones y roles presentados como los más deseables o peligrosos, o puede imponerse como la necesidad de encontrar y defender un refugio frente a las exigencias de los padres o la sociedad. La negación de la identidad personal es el extrañamiento del origen, se desprecian los roles que la familia considera adecuados y deseables.

El "sentimiento de identidad óptimo se experimenta como un sentimiento de bienestar psicosocial" (Erikson, 1977, p. 135)

La identidad frente a la confusión de rol puede expresarse en:
1. Reconocimiento mutuo frente al aislamiento autista.
2. Deseo de ser uno mismo frente a la duda de uno mismo.
3. Anticipación de roles frente a la inhibición del rol.
4. Identificación con la tarea frente al sentimiento de futilidad.

La mezcla de elementos de una identidad positiva con los de una negativa, al integrarse en pasado y presente a la luz de un futuro previsto, es lo que resulta en la identidad.

Estos elementos pueden expresarse así: existen cosas que deseamos, que sabemos que podemos hacer y podríamos realizar si las circunstancias fueran favorables, al tiempo que sabemos qué cosas no deseamos hacer o sabemos qué no podemos realizar.

El proceso de la adolescencia termina cuando el individuo subordina sus identificaciones infantiles a una nueva identificación en donde la sociabilidad y el aprendizaje competitivo con y entre compañeros de la misma edad la delinean y obligan al joven a elegir y decidirse en lo que lo conducirá a compromisos para toda la vida.

2.5.1.6. Intimidad versus aislamiento

Paralela a la juventud o edad del adulto joven (20 a 25 años), la afiliación y el amor son las virtudes que se requieren en esta etapa. Los jóvenes que surgen de la búsqueda adolescente de un sentimiento de identidad, pueden estar ansiosos y dispuestos a fusionar sus identidades en la intimidad mutua y a compartirla con individuos que en el trabajo, la sexualidad y la amistad, prometen resultar complementarios.

El joven adulto, cuando alcanza su identidad y busca reafirmarla, está dispuesto a fundirla con la de otros, es decir, de intimar, de entregarse a las relaciones que establece (amor, amistad, intimidad sexual y la intimidad con uno mismo) sin el temor de perder algo propio.

Uno puede a menudo "estar enamorado" o entablar una relación íntima, pero la intimidad que está ahora en juego es la capacidad de comprometerse con afiliaciones concretas que pueden requerir sacrificios y compromisos significativos.

A partir de este estadio, empieza a establecerse la pertenencia a una generación y de ahora en adelante se considera a la identidad como "somos lo que amamos" (Erikson, 1977, p. 111), que se manifiesta en la polarización sexual ante la confusión bisexual.
La polarización es la elaboración de una determinada proporción de masculinidad y femineidad acorde con la identidad. La confusión bisexual encamina a la persona a alejarse ascéticamente de la sexualidad con lo que los impulsos confusos se abren paso, impiden el desarrollo de la identidad, y se concentra en la actividad genital para forzar a definirse o hacia fines socialmente aceptados que no permiten expresar la confusión.

Es la etapa en que el ser humano toma las decisiones más fundamentales de la vida (estado civil, carrera, trabajo, etc.) La evitación de esas decisiones y experiencias, debido al temor de pérdida del yo, puede conducir al aislamiento y a una consiguiente autoabsorción.

La contraparte de la intimidad es el distanciamiento: la disposición a aislarse, y si es necesario, destruir aquellas fuerzas o personas que representan un peligro para sí mismo.

Afiliación y amor son las virtudes que se adquieren en esta etapa: la formación de una familia es el modo más adecuado para dar cauce a estas potencialidades. La convivencia y la progresiva compenetración con el cónyuge y con los hijos hace de la familia una verdadera escuela de amor.

2.5.1.7. Generatividad versus estancamiento

Ocurre durante la adultez o edad madura (25 a 60 años). Las virtudes resultantes en esta etapa son el cuidado y la solicitud.

El individuo ocupa su sitio en la sociedad donde contribuye al desarrollo y perfeccionamiento de lo que produce. Esta producción no sólo se refiere al trabajo remunerado sino a todo lo que se ha construido de generación en generación: hijos, cosas, utensilios, ideas, sentimientos, arte, etc.

Así, el hecho de tener o querer tener hijos no implica en sí mismo la generatividad. Ésta consiste en la preocupación por establecer y guiar a la nueva generación. El acercamiento entre éstas lleva a una expansión gradual de los intereses del Yo, a un enriquecimiento que, si faltara, ocasionaría una regresión a una pseudo intimidad y a un sentimiento de estancamiento y empobrecimiento personal.

El hombre maduro necesita sentirse solicitado. Así como es importante la dependencia de los hijos respecto a los padres, no menos importante es la de los padres respecto de los hijos.

La generatividad es en esencia, la preocupación por establecer y guiar a una nueva generación. El concepto de generatividad incluye sinónimos tales como productividad y creatividad, que no pueden reemplazarlo. La generatividad constituye una etapa esencial en el desarrollo psicosexual y psicosocial. La capacidad de perderse en el encuentro profundo con otro ser lleva a una expansión gradual del yo incluyendo cada vez más personas o grupos de personas, en un círculo de identificación y amor.

Cuando falta tal enriquecimiento por completo, tiene lugar la regresión a una necesidad obsesiva de pseudo intimidad, a menudo acompañada de un sentimiento de estancamiento y empobrecimiento personal.

Como puede verse, esta etapa implica un grado de madurez en el que la persona no sólo puede realizarse a través de la maternidad o paternidad biológicas, sino a través de cualquier otra actividad que implique cuidar a las generaciones jóvenes, ser consciente del papel que se cumple en la sociedad como adultos responsables en cualquier función ejercida.

La productividad y la creatividad no implican solamente una generatividad biológica, sino una posibilidad de generar obras de trascendencia social, o cultural, que impliquen cuidado y solicitud hacia otros, generalmente más jóvenes o necesitados de una función paterna.

Todas las instituciones sociales apoyan esta etapa que da impulso a la organización humana. Así, la identidad se enfrenta al liderazgo y adhesión a la confusión de autoridad, en donde éstas son funciones asumidas entre los compañeros de generación. La sociedad los promueve con personas y causas a las cuales es posible seguir y obedecer e implica confianza en las generaciones futuras.

2.5.1.8. Integridad del yo versus desesperación

Es lo que caracteriza a esta última etapa del ciclo de vida que se produce en la vejez (desde los 60 años hasta la muerte), cuando el fruto de los siete estadios anteriores madura. Es la aceptación del propio y único ciclo de vida como algo que debía ser, que no pudo modificarse y que fue adecuado tal como se vivió.

En esta etapa la identidad se expresa como "soy lo que sobrevive de mí" (Erikson, 1977, p. 114), y trata de un compromiso ideológico en oposición a la confusión de valores.

Sólo el individuo que de alguna manera ha cuidado de cosas y de personas, y se ha adaptado a los triunfos y desilusiones inherentes al hecho de ser generador de productos e ideas, puede madurar gradualmente el producto de estas siete etapas.

Erikson lo designa como "integridad del yo" y señala algunos elementos que caracterizan dicho estado, como la seguridad acumulada del yo con respecto a su tendencia al orden y al significado; es la experiencia de que existe un cierto orden en el mundo y un sentido espiritual ya insoslayable.

Es la aceptación del propio y único ciclo de vida como algo que debía ser y que, necesariamente, no permitía sustitución alguna; significa así un amor nuevo y distinto hacia los propios padres, los ancestros y las tradiciones. Aunque percibe la relatividad de los diversos estilos de vida, el poseedor de integridad está siempre listo para defender la dignidad de su propio estilo de vida contra toda amenaza física y económica; porque el estilo de su cultura o su civilización llegó a ser patrimonio de su alma.

En esta consolidación final, la muerte pierde su carácter atormentador; la falta, la pérdida de esa capacidad yoica acumulada se expresa en temor a la muerte. La desesperación expresa que ahora el tiempo que queda es corto para intentar otra vida o para probar caminos alternativos hacia la integridad. Es como un malestar consigo mismo bajo la forma de mil pequeños sentimientos de frustración, apego, desgano, vergüenza, duda, ineficiencia, culpa, inferioridad, confusión de rol, soledad, desconfianza, miedo y tristeza. Son los vestigios no resueltos de aquellas batallas libradas en cada etapa del desarrollo para conquistar la virtud respectiva.

Lo maravilloso de esta etapa es haber arribado a una plataforma desde donde es posible mirar atrás y descubrir el significado singular de cada experiencia del pasado. Es poder dar sentido aun a los hechos vividos con dolor y angustia. Y es la oportunidad para integrar ahora conscientemente, las etapas que en su momento no pudieron ser coronadas con su virtud correspondiente. Como recursar materias para llegar a ser una persona madura. Sabiduría cimentada sobre la experiencia de toda una vida, y una actitud contemplativa, serán las virtudes de esta última etapa, destinada a lograr una integración progresiva y creciente, cada vez más plena de sentido.

Paralelamente crece también la seguridad con respecto a la integridad del otro, base de la confianza y el primero de los valores de la vida que se vuelve a imponer.

El compromiso con la ideología se refiere al mantenimiento de los valores que han regido la propia vida y ofrece a la identidad de la persona una perspectiva simplificada del futuro, abarcando todo el tiempo previsto, con lo cual se refuerza la perspectiva temporal individual.

La identidad también proporciona una correspondencia fuertemente sentida entre el mundo interior y el social, y la oportunidad de una experimentación colectiva con los roles y las técnicas, con esto se presenta la introducción a la competencia y al liderazgo autorizado y reglamentado. Además, la persona presenta una imagen del mundo que sirve de marco a la incipiente identidad del joven.


Extraído de
Secuelas de la Violencia física intrafamiliar en el Desarrollo Psicosocial de Niños y Niñas de 8 a 12 años: Una perspectiva de sus cuidadores.
TESINA PARA EL GRADO DE LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA
de Gladys Marisol Ramírez Cabrera e Irina Antonia Villagra

Turora: Dra. Gladys Ríos de Recalde
Asunción, Paraguay 2005